En tiempos en los que la familia, institución tradicional por antonomasia, está siendo repensada, reinventada incluso, parece oportuno reflexionar sobre la vivencia que de la propia familia protagonizó Jesús, tal como es presentada en la tradición sinóptica. Llama la atención que, habiendo pasado la mayor parte de su vida en el seno de su familia, en Nazaret, durante el tiempo, breve, de su ministerio público optó él, y exigió a quien lo siguiera, por distanciarse de sus seres queridos y mantener una existencia itinerante. Para el Jesús anunciador del reino, Dios y su voluntad – no la familia en que se nace, ni la que libremente se forma – es lo único innegociable. Tal decisión lo colocó a él y a sus seguidores lejos de sus familias y en los márgenes de la sociedad de su tiempo.

Nowadays family, the traditionally social institution par excellence, is changing radically, being even reinvented. In order to shed light on this trend it seems fitting to think over the family experience Jesus had, as it has been recalled by the synoptic tradition. It really grabs the attention that Jesus, having lived most of his life as member of a family in Nazareth, he gave up on it, while preaching the kingdom of God and imposed his followers to do the same. For Jesus, God and his will, not family life, either naturally given or freely chosen, is the only non-negotiable option in life. This made him, and his disciples, not only alienated from their relatives but also totally outcasts in their society.